Honestamente no sabemos si esto es completamente cierto, lo que sí sabemos es que los perros siempre están aprendiendo. A pesar de que no ya no se les enseñan trucos, sí es importante ayudarlos a modificar ciertas conductas para que su vejez sea agradable y sus años dorados sean tan placenteros como cuando jugaban todo el tiempo.
Cada perro es diferente y no podemos decir a que edad justamente nuestro peludo se convierte en un perro adulto mayor, porque depende de cada raza y su expectativa de vida, pero sabemos que su alimentación, genética, hábitos y cuidados influye mucho en su envejecimiento.
Podemos reconocer que nuestro peludo se está haciendo viejo cuando sin razón aparente comienza a subir de peso y disminuyen sus ganas de jugar o moverse, ya no regula bien su temperatura y tiene demasiado calor al sol y demasiado frío a la sombra. Además, toma menos agua, cambia patrones de sueño, ahora duerme más o duerme menos que antes, sus movimientos se hacen más lentos y le duele moverse, hay cambios en la piel y el pelo. También comienza a perder el oído o la vista y tarda en reaccionar a las instrucciones.
La velocidad a la que comen cambia su capacidad para pasar alimentos y agua, así que una manera de ayudarlo es poner su plato un poco más elevado de lo normal.
Los perros de edad avanzada también son más propensos a desarrollar diferentes padecimientos como enfermedades del corazón, diabetes, tumores, artritis, insuficiencia renal o anemia, entre otras. Por lo que las visitas al veterinario deben ser cada 6 meses para poder detectar a tiempo alguna de ellas o prevenirlas con suplementos alimenticios especiales.
Si notas que a tu peludo le cuesta trabajo moverse puedes ayudarle evitándole lugares donde pueda resbalar y caer, para prevenir una fractura. Si tu peludo acostumbra dormir contigo y subir y bajar de la cama se convierte en una situación de riesgo, podrías ayudarle con unas escaleras.
Si ha perdido la vista no hagas cambios en su entorno, ellos memorizan los espacios. Si ha perdido el oído trata de darle indicaciones acompañadas de señas para que te pueda ver.
Trata de ejercitarlo sin forzarlo, pero recuerda que pequeñas caminatas son necesarias para mantener las articulaciones en forma.
Tu viejo amigo te necesita más que nunca, tenle mucha paciencia, tal vez ya no reaccione o se comporte igual, pero te sigue amando todavía más, la calidad de vida que tenga en sus últimos años depende de ti y de tus cuidados, no lo dejes solo.