Hay un momento terrible para cualquier persona que tiene un perro como compañero de vida y es justo cuando el veterinario nos dice “ya no hay nada que hacer”.
Cuando nuestro peludo ha llegado a cierta edad y las enfermedades lo tienen cansado, molesto y adolorido, cuando sufrió un accidente o pese a su juventud hay una enfermedad que hace que sus órganos estén fallando y sabemos que no le queda mucho tiempo de vida, caemos en una espiral de emociones que nos mueve el piso por completo.
Solo las personas que hemos experimentado lo que se siente perder a un peludito, con el que hemos compartido tanto tiempo, que nos ha llenado de amor, de juegos y ha sido nuestra compañía constante y fiel, logra entender el gran dolor y el vacío inmenso que se siente en el pecho cuando debemos decir adiós.
Saber que nuestro compañero pronto partirá de nuestro lado, nos hace pensar en todo lo que le dimos y todo lo que recibimos y pese a que tal vez en algún momento nos referimos a ellos como “es solo una mascota”, ahí nos damos cuenta que son más que eso, son parte de nuestra familia, parte de nuestra vida y de nuestro corazón, su partida nos dejará tristes, solos, los extrañaremos, lloraremos y seguro estaremos pensando “nunca más, jamás tendré otro peludo”.
Sin embargo, como se dice popularmente “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional” y a pesar de no ser fácil dejar ir a un ser tan amado es importante que cierres ciclos y lo dejes ir. Aquí te dejamos unas recomendaciones para continuar:
- Sé libre de llorar. Liberar los sentimientos provocados por una pérdida siempre es sano para aceptar lo que estás viviendo.
- No culpes a nadie. A pesar de que el enojo es un proceso natural del duelo es fundamental que para continuar no busques culpables, sino que aprendas a canalizar tus emociones.
- Quédate con los mejores recuerdos. Cuando un ser amado se va, siempre nos duele, pero lo más bello es quedarnos con los mejores momentos compartidos.
Si tienes la oportunidad de estar con tu peludito en el momento de su partida, acompáñalo hasta el último minuto, sí, será duro para ti, pero piensa lo que está siendo para él y piensa como te gustaría irte de este mundo, seguramente rodeado de tu familia.