Abrir las puertas a un nuevo miembro de la familia es un acto de amor y compromiso que sin duda será recompensado con un sinfín de alegrías. Sin embargo, no todo es de color de rosa, al menos no los primero días o incluso los primeros meses. Bien dice el dicho “Roma no se construyó en 1 día” sobre todo si decidimos darle una segunda oportunidad a un perro rescatado.
Nunca podremos saber a ciencia cierto lo que este perrito ha enfrentado, pero si te podemos asegurar que ningún perro cambia de casa por decisión propia, lo que significa que hay una historia detrás de esos ojos que ahora te miran con curiosidad. En su mayoría, estos perros han sufrido abusos y maltratos ya sea de sus dueños anteriores o de personas que en la calle los maltratan sin razón, incluso de otros perros que se han cruzado en su camino.
Aquellos que han tenido la suerte de llegar a un refugio han recibido tratamiento tanto físico como psicológico, se han sanado sus heridas físicas, se ha trabajado con ellos para que vuelvan a confiar en las personas y para que puedan convivir de manera sana con su nueva familia.
Pero llegar a un nuevo hogar significa un cambio radical para ellos, el inicio de su vida no fue fácil, aprendieron por las malas que las personas lastiman, después encontraron un lugar seguro donde reaprendieron que no todas las personas son malas, que podían confiar en los cuidadores del refugio y se hicieron parte de una manada, aprendiendo las reglas y jerarquías que el grupo le enseñó. Ahora deja a su familia canina y a las personas en quien confía para llegar a tu casa, para aprender nuevas cosas y familiarizarse con nuevas reglas, espacios, rutinas, ruidos, personas y tiene que volver a confiar y a creer que será tratado con amor y respeto. Pero aprender todo esto lleva tiempo y esfuerzo, tanto de su parte como de la tuya, por eso te pedimos TEN MUCHA PACIENCIA, sin importar si es cachorro, adulto o viejo, un perro adoptado puede presentar comportamientos diferentes, los cuales no serán permanentes y poco a poco irán cambiando.
Comportamientos comunes.
No hay una regla, cada perro es diferente pero se ha observado que en la mayoría de los casos, los perros adoptados, al llegar a su nuevo hogar, presentan algunos comportamientos que normalmente cambian una vez que se ha adaptado a su nuevo ambiente. Los más comunes son:
- Estrés: Llegar a un ambiente desconocido y dejar atrás lo que ha sido su hogar genera un estrés en los perros al sentirse nuevamente abandonados, por lo que se sienten ansiosos y tristes. La mayoría de los perros demuestran el estrés en llanto, por lo que seguramente los primeros días llorará mucho, pero con los días irá disminuyendo. Otro síntoma de estrés son problemas para poder dormir.
- Miedo: Debido a su historial un perro adoptado puede mostrarse miedoso (agachando las orejas, escondiendo la cola, ladrando o retrocediendo) ante algún miembro de la familia (que posiblemente le recuerde a un agresor), ante algún objeto (como palos, escobas o incluso zapatos cuando los tienes en la mano, posiblemente le recuerden algún tipo de abuso) o al estar solo o en lugares oscuros o cerrados. Tal vez algunos de estos traumas no cambien pero si disminuirá la intensidad de sus reacciones.
- Desordenes alimenticios: parte del estrés y la incertidumbre de lo que le espera en este nuevo ambiente les puede generar desórdenes alimenticios ya sea que dejan de comer o solo comen cuando están acompañados o bien devoran la comida a gran velocidad lo que provoca vómito. Esto también pasará.
- Apatía, aburrición o hiperactividad: Es posible que el comportamiento que ves en tu perro no sea como te lo platicó el refugio, esto pasa porque tu perro está nervioso y no sabe cómo comportarse en tu casa. Puede parecer apático o aburrido, se queda mucho tiempo en algún espacio (que considera seguro y no quiere salir de ahí) o bien está muy inquieto y se mueve por todos lados, rompe juguetes y muerde cosas (el morder de manera impulsa es una manera de canalizar su estrés).
- Orinan o defecan por toda la casa: este es un comportamiento medianamente normal los primeros días, por un lado aún no están familiarizados con los espacios, puede ser que no sepan dónde deben hacer sus necesidades o bien, no calculan la distancia, otra razón puede ser que comiencen a marcar su territorio. Esto cambiara con entrenamiento, dedicación de tu parte y el tiempo
Como hemos dicho antes, esto no es una regla, tu perro puede o no presentar todos o algunos de estos comportamientos pero también puede presentar algunos padecimientos que no necesariamente son problemas médicos sino resultado del estrés. Los más comunes son:
- Diarrea
- Vómito
- Salivación excesiva
- Comezón constante
- Respiración agitada o jadeo excesivo
También podrían presentar algunos comportamientos extraños, igualmente resultado del estrés, el miedo y la ansiedad, todos ellos pueden ir disminuyendo solos, otros necesitarán de tu ayuda para irlos aliviando y corrigiendo.
- Ladrar o gruñir
- Lamerse o morderse alguna parte de su cuerpo incluso hasta lastimarse
- Dar vueltas constantemente
- Sacudirse sin motivo aparente
- Lamerse las patas o almohadillas de las patas
- Obsesionarse con algún objeto, juguete o incluso alguna persona de la casa.
No dejes que estos comportamientos te desanimen o que te hagan cambiar de opinión. Tu decisión de abrir las puertas de tu hogar a ese perrito fue la correcta, todo mejorará en poco tiempo, él está aprendiendo a confiar en ti, no lo decepciones, después de todo Roma no se hizo en un día.