Un animal en situación de calle es un grito de auxilio que solo algunos pocos pueden escuchar. La mayoría de las personas pasan de largo, miran para otro lado o incluso agreden a los peludos que buscan un poco de amor, de comida o de atención.
Pero aquellos que pueden escuchar la voz silenciosa de estos seres ansiosos de protección, nunca se quedan quietos y siempre buscan la forma de ayudarlos, algunos les dan algo de comer cuando los topan en la calle, otros van un poco más allá y colocan comederos y bebederos en la calle para que los peludos hambrientos encuentren un oasis de apoyo.
Los menos son los que se aventuran a dar ese gran paso de recogerlos y llevarlos a su casa y tomar la responsabilidad de esa vida. Pero hay algunas personas excepcionales que van más allá, recuperan a tantos peludos como pueden, de las calles, de las casas donde los maltratan o de los antirrábicos antes de que sean sacrificados y toman el compromiso no solo de cuidar a los peluditos que rescataron sino de buscarles un hogar donde los amen y los cuiden.
Estas personas invierten su tiempo, su dinero, su amor, su espacio en rehabilitar a perros y gatos que han pasado por momentos difíciles y que les cuesta trabajo volver a confiar en las personas. Muchas veces estos peluditos requieren atención veterinaria, otras veces lo que necesita es rehabilitación física o de conducta. A veces solo necesitan un buen baño caliente, una buena cepillada y una noche de sueño reparador para dejar salir su encanto.
Estas personas se conjuntan en lugares llamados centros de adopción y rescate, así como el centro Sonrisas Caninas, que cuenta con 29 perros en resguardo y que está a cargo de Julieta Arce, quien se unió al programa de apoyo que dirige la Fundación de la Calle a la Casa, A.C. y ha recibido ayuda en especie y una alianza en la difusión sobre los peludos que tiene en adopción, sobre ello nos comparte “En CroqueFest tuve la fortuna de que me adoptaran a 4 de talla grande. Lo que me permitió rescatar de una sola vez a 11 peludos de talla chica.”
Como donativo en especie el centro recibió 750 kilos de alimento lo que le aligero la carga económica que ella con el corazón lleno solventa en su totalidad y nos dice “Cada año utilizaba mi aguinaldo para comprar el alimento, ya que el costo es más barato por volumen. El donativo me servirá para algunos meses, lo que me permite ocupar parte de mi aguinaldo en hacer frente a otros compromisos tales como vacunas, pastillas antipulgas, vitaminas, shampoo, y artículos de limpieza”
Julieta encuentra en este programa de apoyo un aliado que le permite hacer frente a algunos de los gastos que afronta día a día y que les da visibilidad a sus peludos para llegar a más gente y aumentar las posibilidades de adopción responsable. Con estas acciones, Julieta hace un poco para lograr un cambio en nuestra sociedad y en la vida de los peludos.
Si quieres ser parte de este cambio y poner tu granito de arena en esta gran labor que es el rescate y la reinserción de perros en situación de calle, te invitamos a que PARTICIPES en nuestro MOVIMIENTO donde TU MASCOTA ALIMENTA A OTRA MASCOTA.