Nos ha pasado a todos. Llegamos tarde a casa, Fido nos recibe con sus ladridos y colita alegre. Lo abrazamos, nos dirigimos a darle croquetas, y ahí está el bulto. Vacío. Se nos olvidó comprar las croquetas.
Fido nos está mirando, mientras se relame con anticipación. Comer, pasear, jugar y dormir. Los cuatro placeres perrunos.
Es muy tarde para salir a comprar croquetas, y como no es lo mismo que una taza de azúcar, tampoco podemos pedirles a nuestros vecinos una taza de croquetas porque los cambios bruscos en la alimentación hacen daño.
¿Qué hacemos?
-Dejar a Fido sin comer NO ES OPCIÓN. El hambre es de las peores sensaciones para un ser vivo, causando stress, gastritis, problemas de comportamiento, etc. además de constituir un elemento de maltrato animal.
-Tener siempre un respaldo: a los que nos pasa esto frecuentemente, tener unas cuantas latas de alimento húmedo extra en nuestra despensa.
-Preparar alimento casero: siempre y cuando no existan alergias o condiciones especiales, se puede preparar una taza de arroz blanco sin sal junto con un poco de alguna fuente de proteína como carne molida o pollo. No es lo mismo que dar sobras de la comida, ya que la comida preparada para las personas contiene condimentos y vegetales que pueden hacer daño a los perros.
-Usar herramientas que compran el alimento por nosotros de manera automática: lo mejor es siempre la prevención. Con el estilo de vida tan ajetreado que llevamos, ¿por qué no hacer uso de la tecnología? Una forma fácil es recurrir a los pedidos programados que existen en las páginas web, y así la comida de Fido llegará sin esfuerzo a nuestra puerta.